Javier Calamaro – No me nombres

 

 

 

Javier Calamaro – No me nombres

Ahora que parece que para siempre no dura tanto,
que nunca, que toda la vida de repente es un rato,
ahora igual que antes puedes para siempre odiarme por un rato.
No pueden para toda la vida olvidar
que también hubo alegrías,
Pero si prefieres quedarte con años que olvidaste
entonces voy a pedirte que no me nombres,
para siempre, no me nombres,
para ese rato que es toda la vida.
Lo mejor lo voy a seguir dando,
te estoy cuidando para siempre de mí.
¡De que no! No me nombres por favor…
Puedes olvidarme para toda la vida,
olvidar que también hubo alegría…
Pero si prefieres quedarte con años que olvidaste
entonces voy a pedirte que no me nombres.

 

La primera máquina de karaoke la introdujo el cantante Daisuke Inoue, pero el éxito fue un poco por casualidad, ya que la gente asistente a sus conciertos insistía en poder cantar junto a él, gracias al experimento interactivo tan novedoso. Cuando el cantante vió el gran potencial del invento, lo patentó en un primer modelo consistente en una máquina a la que había que echar una moneda para que funcionase

 

karaokes.com.ar

 

En América y Europa se hicieron bastante conocidos este tipo de actividades, sobre todo en los bares, cuyo público era mayormente joven. Principalmente, el corazón del canto al vacío son las máquinas de karaoke, las que constan de una pantalla, mecanismo de supresión de voz, lector de DVD’s, además del sistema de sonido. Al principio, las máquinas tenían un lector de cintas, pero luego se cambió a las clásicas cintas de DVD’s. Se han llegado a abrir lugares especiales en los que sólo se puede hacer karaoke, además de comer y beber. Sin embargo, hay otros lugares que no están dedicados completamente a prestar el servicio del karaoke, pero establecen algunos días de la semana para ofrecerlo. Hoy en día, las máquinas son mucho más modernas, con pantallas de alta definición y de gran tamaño, al igual que un sonido potente. De igual forma, existen concursos a nivel mundial de esto e, incluso, han llegado a ser televisados.